La sostenibilidad se ha convertido en un eje clave para el desarrollo del sector inmobiliario en España y Europa. Según el informe realizado en colaboración con Deloitte, la ineficiencia energética sigue siendo un desafío importante: más del 80% de los edificios españoles tienen una calificación energética E, F o G, considerada ineficiente.
En línea con los objetivos del Acuerdo de París, la Unión Europea ha establecido la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD), que busca transformar el sector inmobiliario para alcanzar emisiones cero en 2050. Esto requiere la renovación de los edificios menos eficientes, eliminando gradualmente los combustibles fósiles en calefacción y refrigeración. Además, iniciativas como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) apuntan a una mejora significativa en la eficiencia energética y la descarbonización.
El informe destaca programas clave como el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que incluye ayudas para rehabilitación energética, construcción de viviendas sociales y deducciones fiscales. Estas medidas no solo mejoran el rendimiento energético de los edificios, sino que también promueven la cohesión social y territorial al enfocarse en municipios con menor población.
Aunque los beneficios son claros, la transición enfrenta retos importantes: sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la sostenibilidad, reducir los costes iniciales y aumentar la oferta de profesionales especializados. Sin embargo, las oportunidades son inmensas. La adopción de tecnologías verdes no solo aumenta el valor de las propiedades, sino que también impulsa la creación de empleo y el crecimiento económico.
El futuro del sector inmobiliario depende de su capacidad para adaptarse a estas exigencias y liderar el cambio hacia un modelo sostenible, eficiente y comprometido con el medio ambiente.
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