El informe sobre tokenización de activos, presentado en diciembre de 2022 junto con Deloitte, explora el creciente interés en la tokenización, especialmente en el sector inmobiliario. La tokenización permite dividir activos reales, como inmuebles, en partes digitales llamadas tokens, facilitando que inversores accedan con pequeñas cantidades y obtengan derechos sobre el rendimiento del activo. Este proceso aprovecha la tecnología blockchain y contratos inteligentes (smart contracts), haciendo más accesible y transparente la inversión en mercados tradicionales, conocidos por su falta de liquidez y elevadas barreras de entrada.
Los tokens en el sector inmobiliario, clasificados como “security tokens,” representan una fracción de la propiedad o derecho económico sobre el activo. A través de plataformas especializadas, los inversores pueden adquirir estos tokens que ofrecen rendimientos derivados del alquiler o la futura venta del inmueble. Aunque aún en fase temprana, se proyecta que el valor de los activos tokenizados alcance los 16 billones de dólares para 2030, según el Foro Económico Mundial, impulsado por la democratización de la inversión.
A pesar de sus ventajas, la tokenización enfrenta desafíos regulatorios. En España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) regula los «security tokens», exigiendo que estos cuenten con la validación de una Empresa de Servicios de Inversión (ESI). Sin embargo, el mercado secundario sigue sin regulación, limitando la liquidez y la facilidad de transacción entre particulares.
En resumen, el informe destaca la tokenización como una herramienta de transformación que está democratizando el acceso al mercado inmobiliario. Sin embargo, para consolidar su adopción masiva, será necesario superar barreras regulatorias y ofrecer un marco claro que proteja a los inversores, garantizando transparencia y estabilidad en este nuevo mercado